En
el almuerzo de ayer, un martes de octubre, leí una nota de Mariano Obarrio
publicada en La Nación. Se tituló: “detrás de la sentencia contra Clarín, una
larga trama de negociaciones reservadas”. Y anoté estas líneas.
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En el
primer párrafo se apoya en “altas fuentes gubernamentales”.
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En el
segundo párrafo recurre a un “un alto funcionario de la Casa Rosada”.
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En el
tercer y cuarto párrafo no destaca el origen de la fuente.
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En el
quinto: “Según trascendió de fuentes oficiales”.
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En el
sexto habla de una llamada que recibió la Presidenta cuando estaba en Ushuaia.
Alguien se lo contó a Obarrio pero no aclara quién.
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En el
séptimo tampoco detalla el origen de la Info.
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En el
octavo refiere a una cita. Su fuente se sostiene en que la “plantean en
Balcarce 50”.
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En el
noveno recoge versiones periodísticas que todos conocen. Pero no aclara que fue parte de una charla
con María O´donell.
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En el
décimo afirma: “según pudo saber LA NACION”. Pero no aclara cómo pudo saberlo.
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En el
párrafo once y doce parece hilvanarse con la fuente del décimo…“según pudo
saber LA NACION”.
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En el
13 asegura sus dichos “según sus confidentes en Balcarce 50”.
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En el
14 asegura Obarrio que “se comentó en esos conciliábulos”
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En el
último párrafo señala que en esa reunión (refiere a los conciliábulos del 14)
salieron a la luz otras reuniones. Tampoco destaca la fuente.
Luego le
pedí una opinión a Raul Kollman, un periodista que está en la vereda de enfrente, y me
dijo: “Es puro verso. Y además agregaría que no tienen información.
Nos cuesta conseguir datos o nos resulta imposible conseguirla a
nosotros, que tenemos buena relación con funcionarios, por lo que para ellos es
imposible....”.
Lo puedo escribir. Total a este blog no lo lee nadie.
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