martes, 26 de febrero de 2008

De fotos, potros y domadores

Estas fotos no son mías. Al menos no las saqué yo. Las hice mías cuando las recibí de Rafa Smart, quien las obtuvo en la Estancia Menelik, en el corazón de la provincia de Santa Cruz. Esos caballos tampoco eran míos ni de nadie, eran de la tierra sin domar. Hasta que llegó a la estepa patagónica una partida de jinetes con acento guaraní. Llegaban con un avío de Iberá y monte. Asombrados de tanto horizonte, los correntinos bajaron el nudo de su garganta con unos mates y ofrecieron la sal de su cansancio. Primero en corrales de palo, quemando de lazos sus manos, entre silencios y gritos, entre caricias y espuelas. Luego apadrinando corcovos de cumbre en cumbre, de mañana en mañana. Ahora esos pingos son de todos los que los quieran montar, y estas fotos, de todos los que quieran mirar.

J. P. B.