viernes, 19 de febrero de 2010

Despertares

Hay una historia en sus manos y en sus ojos de sombra. Una historia en su campera, en sus perros flacos y achinados. Y otra empieza a esa hora de la mañana, cuando la estepa todavía no abrió sus ojos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

cuantas buenas historias desconocidas, cuantas contadas que a nadie le interesan, cuanto por aprender de ellas.
es una foto de tu viaje?
hay un relato del viaje?
att . pablo

Juan dijo...

Pablo viajero,

No, no es una foto mía. Es de una amiga de un amigo, quien me la mandó. Debí haberlo aclarado.

Es cierto. ¡Cuantas historias para recoger asoman en el camino! Tal vez alguna no le interesa a nadie y quizá tengas razón en eso. Pero también es cierto que la mayoría no ha sido contada. Siguen tiradas ahí, esperando al peregrino.

Vos sos un peregrino; vas por la ruta con tu viejo camión guerrero y llevás la carga de todo lo que te falta, que es mucho y ni hace falta. Estás en la ruta y, como dijo el poeta indio, “la flecha ya está en el aire, para llenarse de luz”.

Con un abrazo,

Jp