Una cola muy larga en el banco Santander Río, de
Hurlingham.
Delante de
mí; un pelado, petizón, flaco, sereno. Lleva camisa corbata marrón, pantalones
de vestir, zapatos…y campera de esquí. Parece un tipo serio y silencioso.
Detrás de mí
un gordo ancho, inquieto, manos grandes, vos ronca, mucho pelo, pocos dientes.
Parece un tipo alegre y hablador. Viste un buzo azul, abierto que dice:
Carpintería Ruta 4. A los diez minutos ya están charlando. En el medio de “la
conversa”, como un estorbo me encuentro yo, engolosinado con un libro nuevo
(por mi cumple).
Van solo
unos párrafos de ese maravilloso diálogo, que apunté en el mismo libro que
leía.
ü -El carpintero, manos en los
bolsillos y gesto resignado:
-“Prefiero estar bajando un camión de
maderas que acá en la cola”. -Pelado: “si, esto
cansa más”.
ü El carpintero, mirando al mostrador
de informes (ni siquiera a la cajas)
-“¿Viste esos tipos que pusieron un
Pago Fácil Trucho? Hicieron la caja y se las tomaron con la guita de la gente.
Esos la saben toda”.
-El pelado asiente diciendo: “esa
gente es una inminencia” (eminencia)
ü Pasa el empleado de seguridad y el
carpintero mirando mi libro, dice:
-“che, maestro, a nosotros por lo menos traenos un Isidoro”.
ü El carpintero, ya entrado en
confianza con el pelado:
-“Mi hija es abogada y además no se
quiere casar. La tiene re clara. Igual, yo fui de frente y le dije que en casa molestaba”.
ü Con cierto fastidio por el tiempo de
demora en la cola del banco –una hora- dice el carpintero, señalando con la
pera el sector de cajas:
-“A estos hay que matarlos a todos”.
-El pelado: “si, lógico”.
ü Ya hablando de asuntos más profundos,
dice el carpintero al pelado;
-“El agua de ustedes (Martín
Coronado) es una porquería”.
-El pelado se defiende: -“¿Quién te
dijo?”
-El carpintero: “preguntale a los
científicos”
-Chista el pelado con reprobación mientras niega con la cabeza.
-El carpintero arremete: -“el agua
de Caseros es lo mejor, fresca, de pozo, es como tomar Coca Cola todo los días”.
ü El carpintero, luego de contarle su
oficio y recomendar los muebles de pino, pregunta:
-¿Y vos qué haces?
-El pelado responde solmene y serio: “soy
pensador”
-El carpintero descolocado deja pasar unos segundos…y sin dejar de
moverse sale del paso con lo primero que se le ocurre: -“¿y no pensaste antes de venir acá? (yo me tapo con el libro )
ü Le toca el turno de cajas al pelado
(ahora pensador), que al salir dice al carpintero, a modo de saludo:
ü “Ahora me voy, por mi que explote el banco”.
-“Chau”, responde el gordo asumiendo que es
solo una forma de saludar.