
La tarde está naranja y serena, es casi de noche. Uno de ellos, el que recién ha llegado, ceba mate pausadamente a un hombre fornido y barbudo que lo escucha con una mirada paternal. El humilde visitante no se anima siquiera a mirarlo a los ojos, pero de cuando en cuando levanta su cara flaca y huesuda, sonríe tímidamente y vuelve a perder la mirada, como con vergüenza.
El Hombre de barba recibe otro mate, agradece, le palmea la espalda con un gesto de aprobación y con voz grave le dice: “desensillá nomás”.El recién llegado sale tranqueando despacito por un huella perdida hasta llegar al palenque donde lo está esperando su pingo viejo. Le quita sus pocas pilchas, la cabezada y lo baña con un tarrito de lata. Mientras lo acaricia le dice unas palabras y lo larga al campo, un campo interminable. Parece que el forastero se quedará en ese pago para siempre. Ya es de noche.
A todos nos llegará la muerte. Ayer, la tarde de la vida alcanzó a una de las personas más nobles que conocí. Por esa grandeza, antes de que llegue su noche, Dios quiso estar mateando con Don Tico. Después lo invitaría a pasar.
JPB
2 comentarios:
Ni con la orden del juez dejo de leer este blog!
Un Abrazo
Gracias Uruuush!
Espero tus recomendaciones...y que no te llegue la orden del juez.
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