Feliz tu
mano carpintera, tu pala jardinera. Feliz tu corazón de ayudante. Feliz en tu
pausa por un pájaro. Y en tus pasos
amarillos en las botas. Felices tu nariz chorreando, tu cara rosa, tu mano
helada. Tus ojos asombrados de albañiles. Tu mirada subiendo desde abajo.
Feliz tu
tiranía de colores, tu prolijidad de relojero. Tu herencia de ansiedad. Feliz en tus preguntas eternas,
indispensables. En tu iniciativa arrancando como un sapo; feliz.
Feliz tu día
entero, agobiado pobre día. Feliz en tu sueño de un tirón. Feliz en tu festejo primavero. Felices tus
padres de tenerte feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario