Antonio era albañil y presidente de la Cooperadora. Seguro que era
alambrador y otras cosas más. Todas las que quisiera aunque no quisiera todas. Ramona,
su mujer, ya llevaba a Fernanda en brazos.
Don Luis imaginó aquella fiesta sin saber lo que era una fiesta de
campo, ni toda la riqueza humana que tenía. Le propuso a Antonio hacer una
carrera de sortija, pero no. Era el momento del encuentro.
Así fue que Omar Casanave, del campo vecino, ofreció su tropilla y se
armó una jineteada. Omar Cazenave, hijo de León, nieto de Pabla. Hubo que
alambrar el campo de doma, poner los palenques. Llegó gente de Victorica, La
Pampa,d e Unión, San Luis.
Don Luis tenía bombachas blancas para los días de fiesta. Y se acuerda
del Milín Kenny, flaco jinete que subió pero no en pelo, tal vez con bastos y
encimera. Tal vez, le parece ahora, con un cojinillo. Y se ve que la deslumbró
a Gloria, con quien años después se casaría.
Como en la escuela había poca agua -sólo la bomba, y a veces-, preguntó si se podía
tomar mate con agua del tanque. De ese molino tomaba Doña Olga, a veces
subiéndose para darlo vuelta cuando no había viento. Si, doña Olga era la
maestra.
Don Ángel Pallero, padre de Vicente,
se burlaba de los enlazadores que trataban de agarrar los caballos en el campo
de doma: "ese hombre está helado", reía.
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